Análisis Archaica: The Path of Light

Unas ruinas ancestrales albergan misterios ocultos de la tierra, allá donde solo los elegidos aspiran a llegar. No hay personajes, ni seres de ningún tipo, solo nosotros y el eco a simple vista de lo que un día dejaron los ancestros. Mecanismos de diversa índole nos retan a seguir con ahínco el camino de la luz, un camino destinado a los más dignos, y que en esta civilzación creen, supondrá la salvación del mundo. Visitaremos reinos de todo tipo, con entornos variados invadidos por la desolación y el único atisbo de vida que rezuma la luz. Así es Archaica: The Path of Light, una travesía que no deja indiferente a quien lo juega.

Gráficos

Podría dar la impresión de que este videojuego no tiene demasiado que aportar al jugador, ya sea por la falta de personajes o por su particular narrativa. Lo cierto, es que se vale en gran medida de su apartado gráfico para tocar la tecla más sensible de quien lo juega. Hay un contexto por supuesto, pero aunque no fuese así, los escenarios son igualmente magníficos. Hay un aire de misterio y misticismo que nos acompaña en cada puzle, y es con ello con lo que ganan enteros estas ruinas ancestrales. Todas tienen un diseño único, con características muy diferentes que cambian notablemente la paleta de colores.

Zonas más o menos iluminadas, bañadas en verde, arena y roca desnuda componen unos mapeados llenos de secretos. La luz, siempre protagonista, presenta unos tonos llamativos que pueden ir cambiando o combinándose en función del rompecabezas. Me ha gustado especialmente el efecto que se consigue en los puzles más oscuros, donde gana notoriedad, resaltando por encima de cualquier tipo de estructura que la rodea. En general, hablamos de un apartado artístico que, más allá de perseguir algún tipo de fotorrealismo, rebosa personalidad por los cuatro costados. Incluso el agua, presente en algunos de estos rompecabezas, transmite paz y sosiego. La interfaz, inexistente a excepción de un puntero, permite disfrutar en todo su esplendor de cada uno de estos escenarios.

Sonido y textos

Este sosiego transmitido a través de unas ruinas que parecen querer hablarnos de alguna manera, se ve únicamente alterado por una armonía que hace las veces de acompañante. Sus responsables, conscientes del ritmo pausado del videojuego, han apostado acertadamente por una melodía que no busca sobresalir en exceso. De alguna manera, se suple esa falta de compañía, esa soledad a lo largo de nuestro viaje con una música relajante. Por su parte, los efectos sonoros se reducen al que producen nuestros propios actos al remover piezas de aquí a allá o la fricción de nuevos mecanismos en la roca.

La historia no solo se cuenta a través de estas imponentes ruinas. Desde el menú principal ya se nos informa levemente acerca de lo que nos espera en Archaica. A cada rompecabezas que resolvamos, el juego nos va aportando nuevos fragmentos textuales de la civilización que habitaba en estas tierras, así como el sentido que tienen estas construcciones. Son textos muy escuetos, que aportan lo justo para ir conociendo poco a poco una narrativa de lo más misteriosa. En cuanto a los menús, no encontraremos grandes secciones ni opciones en abundancia, por lo que se reducen a la más mínima expresión. Algo que sucede también con el tutorial del inicio, muy escueto pero suficiente para comprender las mecánicas de las que haremos uso.

Jugabilidad

No os dejéis engañar por su bonita apariencia, ni por por otras experiencias pasadas que hayáis tenido. Este videojuego comienza de manera sencilla, con puzles asequibles que aportan una falsa confianza al jugador, pero pronto, la dificultad irá in crescendo. Este es un título cuya jugabilidad está exclusivamente orientada a la resolución de rompecabezas. El proceso se repite una y otra vez, pero con escenarios diferentes. En cuanto al núcleo de todo esto, desde el inicio de la pantalla tendremos un haz de luz o más de uno, que tendremos que orientar de manera que conecten con el lugar indicado. Generalemente, hay que dirigirlos de tal manera que iluminen unos cristales de colores repartidos por el escenario.

Pero para resolver con cierta soltura estos retos, hay que tener en cuenta otros elementos que ayudan a tener cierta ventaja. Una ventaja que agradeceremos cuando lleguen las fases más enrevesadas. Tenemos dos puntos a tener en cuenta; por un lado, tenemos una circunferencia pequeña rodeada por otras tres aún más diminutas, que servirán para obtener pistas. La manera de completarlos, es encontrar las tres luces blancas repartidas por cada mapa. Tras hacerlo, este circulo se ilumina, permitiéndonos obtener tres pistas acerca de dónde debemos colocar las piezas del mapa que ayudan a orientar la luz. Por otra parte, hay siempre tres inscripciones luminosas en unas piezas rectangulares que también aportan información. Al hacerlo todo, completamos el nivel al 100% con todos sus objetivos.

Objetivos secundarios

Es cierto que los niveles pueden superarse de varias formas, por lo que no es necesario descubrir las luces blancas mencionadas anteriormente. Tampoco son fundamentales las tres inscripciones luminosas, pero sí que nos vendrán bien para completar al 100% cada nivel, y sobre todo, el tótem. Este tótem recoge una serie de objetivos secundarios, como si de unos coleccionables se tratase, de forma que iremos desbloqueando las diferentes piezas que lo componen. Si logramos completarlo, el juego nos da cierta recompensa, así que no está de más hacerlo ya que tampoco supone demasiada exigencia.

Duración

Es difícil aportar un dato exacto acerca de la duración total del juego, y más cuando depende tanto de la agilidad que demuestre el jugador al resolver los rompecabezas. No hablamos de una trama orientada ya al usuario con una duración previamente medida. La cantidad de niveles es bastante generosa, y no tarda demasiado en complicarse. La media aproximada es de entre 1,5 y 2 horas si somos medianamente hábiles, pero la cifra puede aumentar considerablemente si nos atascamos en algún punto o nos lo tomamos con cierta calma.

Conclusión

No soy el más habilidoso ni me entusiasman especialmente los títulos basados exclusivamente en rompecabezas. No hay personajes, ni una trama tradicional al uso como ya conocemos, son más bien un reto directo. La diferencia entre estos juegos la marcan sobre todo el apartado gráfico, la banda sonora y como es lógico el desarrollo de sus puzles. Y estos, son apartados en los que Archaica: The Path of Light destaca especialmente por lo bien resueltos que están. Lo único que he echado de menos, es una narrativa algo más completa, que aportara más información acerca del universo del videojuego.

Visualmente, presenta entornos muy variados y coloridos que se hacen bastante agradables a la vista. Su relajante banda sonora, se convierte en un acompañante ideal a lo largo de la aventura. Y como es de esperar en estos títulos, los rompecabezas constituyen retos exigentes que pondrán a prueba nuestra paciencia así como también nuestras propias habilidades. Me cuesta encontrarle un defecto a este videojuego, y es que más allá de que pueda tener una duración algo justa en términos generales, la cantidad de niveles es suficiente, y de nosotros dependerá completarlos más o menos rápido. Si eres amante del género, creo que este debe ser un imprescindible en la biblioteca de tu Xbox.

Estamos en Opencritic donde puedes encontrar este y otros de nuestro análisis. Otros análisis que pueden interesarte en nuestra web.

Archaica: The Path of Light

14,99
6.2

Gráficos

7.0/10

Sonido y textos

6.7/10

Jugabilidad

7.0/10

Duración

4.0/10

Pro.

  • Apartado visual muy atractivo
  • Puzles diversos y complejos
  • Una jugabilidad sencilla y efectiva

Contra.

  • Narrativa demasiado escasa en cuanto a información

Acerca del autor

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He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.

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